MARCA cuenta hoy cómo Alex Ferguson viajó personalmente a Santander para tratar de convencer a Sergio Canales de que rechazara la oferta del Real Madrid. La noticia confirma lo que ya sabíamos: el cántabro es un proyecto de supercrack. A Ferguson se le pueden echar en cara infinidad de cosas, pero nadie puede negar su olfato para descubrir talentos. Giggs, Scholes, Piqué, Cristiano Ronaldo, Nani... La lista es interminable. Ese olfato no le impidió, sin embargo, volverse a Manchester con las manos vacías. La revista Forbes dice que el United es el club más rico del mundo. La experiencia, sin embargo, demuestra que los cracks prefieren jugar en el Real Madrid. Beckham, Van Nistelrooy, Ronaldo y ahora también Canales...
Alex Ferguson se empeñó hace tiempo en echarle un pulso al Real Madrid. Fue a raíz de que David Beckham, santo y seña de Old Trafford, decidiera poner rumbo al Bernabéu. Desde entonces, el escocés parece empeñado en hacerle la pascua al equipo blanco. El desesperado intento por robarle a Canales ha sido el último episodio. Primero quiso torpedear el fichaje de Van Nistelrooy, y luego utilizó todas las artimañas posibles para evitar ver a Ronaldo de blanco. En ambos casos fracasó. Si este absurdo pulso fuera un partido, Sir Alex iría perdiendo por goleada.
Cuestionar la grandeza del Manchester United es absurdo. El club inglés es uno de los más admirados del mundo. Pero cuando los jugadores tienen la opción de elegir entre el rojo y el blanco, siempre acaban tomando la dirección del Bernabéu. ¿Por qué a Ferguson le cuesta mantener a sus jugadores y en el Real Madrid, en cambio, ni los que no juegan se quieren marchar? Ésa es la pregunta que debería hacerse el técnico escocés en lugar de dedicarse a poner piedras en el camino del equipo blanco.
editorial del Marca
Alex Ferguson se empeñó hace tiempo en echarle un pulso al Real Madrid. Fue a raíz de que David Beckham, santo y seña de Old Trafford, decidiera poner rumbo al Bernabéu. Desde entonces, el escocés parece empeñado en hacerle la pascua al equipo blanco. El desesperado intento por robarle a Canales ha sido el último episodio. Primero quiso torpedear el fichaje de Van Nistelrooy, y luego utilizó todas las artimañas posibles para evitar ver a Ronaldo de blanco. En ambos casos fracasó. Si este absurdo pulso fuera un partido, Sir Alex iría perdiendo por goleada.
Cuestionar la grandeza del Manchester United es absurdo. El club inglés es uno de los más admirados del mundo. Pero cuando los jugadores tienen la opción de elegir entre el rojo y el blanco, siempre acaban tomando la dirección del Bernabéu. ¿Por qué a Ferguson le cuesta mantener a sus jugadores y en el Real Madrid, en cambio, ni los que no juegan se quieren marchar? Ésa es la pregunta que debería hacerse el técnico escocés en lugar de dedicarse a poner piedras en el camino del equipo blanco.
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